Gastronomía asturiana:
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Por desgracia no existen, o al menos no se conocen, recetarios de la época celtoastur, asturromana, visigótica ni, como apunta Néstor Luján, de los reinos cristianos de los primeros tiempos de la reconquista; de ahí que toda posible documentación haya de ser espigada en otros textos de tipo histórico, costumbrista, religioso y legislativo.
En apartados anteriores, se trataba de la alimentación celtoastur y de su posterior evolución como consecuencia de la invasión y dominio romanos. Esta es la herencia que recibe la naciente monarquía asturiana una vez iniciada la reconquista, según datos extractados del libro Los astures durante el Imperio Romano.
- La romanización supuso un perfeccionamiento de las técnicas agrícolas, aunque no parece que la agricultura fuese muy intensa ni practicada por los astures; se cultivaban pequeñas huertas exclusivamente con fines de autoabastecimiento.
- No se cultivaba trigo (aunque se «saqueaba» de los graneros de pueblos castellanoleoneses), pero sí mijo, escanda, centeno y posiblemente cebada. Dentro de las leguminosas eran abundantes las habas (Vitia faba = habas de mayo, fabones) y los guisantes.
- Los romanos introdujeron la vid, que aquí, por las condiciones climáticas, no encontró lugar ideal de adaptación.
- Algo parecido sucedió con el olivo; de ahí que se utilizara mucho la manteca de cerdo y, en menor cuantía, el aceite obtenido de nueces.
- Dentro de los árboles frutales más estimados, además del roble, cuyas bellotas se consideraban fruto importante, destacan los castaños, los avellanos, el melocotonero, el ciruelo, el cerezo, los perales y la higuera.
- Parece ser que la cría de cerdos era abundantísima, conociéndose ya las artes de la salazón. Se supone también abundancia de ganado lanar y bovino y está documentada la de cabrío y caballar. Por otra parte, es presumible toda la gama de animales domésticos conocidos entonces: conejos, gallinas, palomas, gatos...
- La caza, no demasiado estimada por los astures, progresa en tiempos de la romanización. Dentro de las especies más interesantes destacan la cabra montés, ciervos y jabalíes, osos, conejos... Animales, como se detalla en la obra mencionada, «que impulsarían a los primitivos astures, y posteriormente a los romanos, a la práctica de la caza y, a la vez, les proporcionaban abundante carne para sus mesas».
- En cuanto a la pesca, que no debió ser una actividad muy practicada por los astures, parece ser que se basaba en la captura de moluscos (almejas, mejillones, vieiras...), equinodermos (erizos), peces costeros marinos y fluviales (trucha, salmón...).