Langosta del Cantábrico

Gastronomía asturiana
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Langosta del Cantábrico

Es el crustáceo Palinurus elephas, de color rojizo veteado de amarillocrema en las patas, antenas y cola; de caparazón robusto con dos manchas blancas en cada segmento del abdomen. Su carne es apreciadísima y su precio en el mercado, altísimo.

Su captura, a tenor de lo dispuesto en las ordenanzas del «Novilíssimo Gremio de Mareantes y Navegantes de Luarca», del año 1468, era ya muy frecuente en tiempos de la Edad Media.

Según cita de Señer y Reguaz en el Diccionario Nacional de la Pesca Marítima, obra de finales del siglo XVIII, se considera a la langosta del Cantábrico, o asturiana, como una de las más sabrosas de Europa, y hasta se dice que en el siglo XIX venían a comprarla en el Principado multitud de barcos-vivero franceses para satisfacer la demanda en su país.

Hoy los tiempos han cambiado. Nuestros criaderos, debido a una masiva explotación, se encuentran terriblemente mermados; de ahí que la importación de especies sea una necesidad que hay que aceptar resignadamente. Los países suministradores de langosta para Asturias son los del norte de Europa, Azores y Marruecos. La langosta marroquí y sahariana, que corresponde a la especie Palinurus mauritanicus, llamada en Asturias llangosta mora y cuya carne es de calidad inferior a la cantábrica, presenta un cuerpo de color rojo-verdoso, veteado de blanco en patas y cola y, además, distingue una línea blanca entre los segmentos del abdomen.

Existen diversos modos de preparar la langosta: cocida en agua con sal y acompañada de mayonesa y/o vinagreta; en salsa a la americana; con verdura (guiso que hacen excepcionalmente en Bañugues-Luanco y en el concejo de Valdés); en guiso con alubias (fabes con llangosta), a la plancha...